Navegando por Internet nos hemos encontrado con esta interesante historia de superación personal y hemos creído que teníamos que compartirla ya que cosas así son las que nos animan día a día a continuar con nuestro énfasis de superación.
Correr nos hace más fuertes, tanto físicamente como mentalmente.
“Ufff, pero qué horror. Me va a dar algo. No puedo más. A mí, ¿quién me manda correr? A mis 32 años, ¿qué necesidad tengo de hacerme esto a mí misma? Si es como un castigo divino. Nada, en cuanto no me vean doblo la esquina y vuelvo para mi casa. Andando, por supuesto. Igual el resto del grupo no se da ni cuenta.
¿Cuánto llevaré? Seguro que por lo menos dos kilómetros. Madre mía, pero si sólo han pasado ¡cinco minutos! Nunca pensé que el camino a la M50 estuviese tan lejos. ¡Este tío está loco! Correr por estos secarrales, en pleno mes de septiembre, sin agua y encima a las siete de la tarde. Y luego cuestas. Yo paso, que corra otra. Es que, ¿a quién se le ocurre?”.
Así me sentía el 4 de septiembre de 2009, el día que empecé a correr y esas sensaciones me sirvieron como arranque de mi libro Mujeres que corren.
Desde entonces han sido muchos los kilómetros, los entrenamientos bajo el sol, el frío o la lluvia. Exprimiendo las horas al día para poder salir a correr. Y pese a que muchas veces parece costarme un triunfo poder entrenar siempre disfruto, porque correr para mí es, como ya os he dicho más veces, una celebración de la vida.
Terminé de escribir el libro el pasado mes de diciembre y tenía claro que correría la maratón de Londres. Tanto, que lo dejé por escrito, incluso sin tener dorsal. Llevaba mucho tiempo soñando con esa meta. Tenía mis razones. Moví Roma con Santiago para conseguir plaza y, por fin, lo logré gracias al equipo de comunicación de adidas, que consiguió un dorsal para mí. Pero, además, también me hicieron el mejor de los regalos: poder contar mi historia, pero esta vez en imágenes. Así que me fui a correr mi primer maratón con todo un equipo de producción. Esto es hacerlo ¡sin presión!
Gracias a Delia López y a todo el equipo de comunicación de adidas por ayudarme a cumplir mi sueño y a mis amigos de La Caña Brothers (Juanjo, Adolfo, Emilio, Mónica y Juan, quien cámara en mano se hizo más de 30 kilómetros a mi lado). Nunca podré olvidar este rodaje.
Esta es mi historia. Mi sueño de maratón. La razón por la que corro.